Con sigilo se asoma
vagamente, dubitativa,
pero llega,
y amordaza voces,
acalla miedos,
responde porqués,
se sabe
Dueña de verdades,
soporte de interrogantes,
testigo de mentiras.
Va penetrando
sin oposición,
Segura de quién es,
De a dónde va, para qué.
Se incrusta en el pellejo
de aguerridos diurnos,
cumplidores de la norma,
esa que dicta cordura
en el vivir y en el ser.
Y avanza la noche,
Ya está aquí,
dónde están los valientes,
escondieron la coherencia.
Se olvidaron de leyes,
de ideas sensatas.
Palpan su soledad,
Acarician sus vacíos,
Vigilan su sombra,
se saben indefensos.
Romperá el día,
lo disfrazarán de elegante
raciocinio, según la norma,
ignorarán el peso de la noche,
volverán a parecer intrépidos,
fuertes, infalibles, convincentes.
Pero es sólo eso,
lo parecerán.
Preguntad a la noche,
Ella lo sabe.
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