Si bien, es cierto la urgente necesidad de poner un acento especial en las políticas económicas, que nos conduzcan a un descenso de las tasa de desempleo en Europa, no es menos cierto y grave, la actual situación de desigualdad, discriminación y vulneración de los Derechos Civiles hacia Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales en el seno de la Unión Europea. La UE carece de un “Derecho de Familia” común, lo que impide la libre circulación de matrimonios homosexuales por países de la Unión. Se podría dar el caso de que un matrimonio tuviera validez en España pero no en Polonia, negando por tanto el reconocimiento social y jurídico de la convivencia y la relación afectivo-sexual.
Se da también, en algunos países miembros de pleno derecho de la Unión Europea, “Homofobia y Transfobia institucionalizada”. En Italia, la actitud fascista de sus dirigentes políticos, está creando el caldo de cultivo perfecto para cometer actos de odio a homosexuales y transexuales. Lituania y Polonia, mantienen legislaciones que impiden el acercamiento de información positiva en los centros educativos que ayude a la formación de la identidad psicosocial de los adolescentes LGTB.
Pero sin duda es Polonia, con la permisividad de la Unión Europea el país que tiene hecha de la Homofobia y la Transfobia una cuestión de Estado. Es tal el grado de rechazo a la realidad LGTB, que exigió como condición para firmar el Tratado de Lisboa, quedar exento de la Carta de Derechos Fundamentales, en lo correspondiente al Derecho de Familia. Polonia dificulta así, que sus ciudadanos puedan acudir al Tribunal Europeo de Luxemburgo si son acusados de violar la moral pública. La Cláusula, situada en el apartado 18 del Documento, dice así: : "La Carta [de Derechos Fundamentales] no afecta en modo alguno al derecho de los Estados miembros [sólo Polonia] a legislar en el ámbito de la moral pública, el derecho de familia, así como la protección de la dignidad humana y el respeto a la integridad física y moral humana".
Y en el resto del mundo, la homosexualidad y la transexualidad es condenada en 80 países y castigada con pena de muerte en 7 Estados, y todo esto, ante la pasividad y desidia de los líderes europeos, que aún no han facilitado los mecanismos de los que disponen para “globalizar” el respeto a la diversidad afectivo-sexual e identidad de género.
¿Por qué la UE no permite que un país miembro marque el precio del dinero o incumpla una Directiva Europea y sin embargo, tolera la persecución por parte de Estados miembros a homosexuales y transexuales?¿Por qué existe la libre circulación para mercancías y capitales y se prohíbe la libre circulación del amor?
La Presidencia Española al frente de la UE, va a ser una oportunidad perdida para extender los Derechos Humanos y el respeto a las personas Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales y promover una Directiva Europea sobre la Igualdad de Derechos de las personas homosexuales y transexuales, o regular la convivencia entre personas del mismo sexo. Confiemos en que, al menos, se sienten las bases para una economía más sostenible, ya que la construcción de una Europa más amable para Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales no es posible.
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