El Parlamento Europeo pide vigilar la nueva Constitución de Hungría

Socialdemócratas, verdes, liberales y comunistas del Parlamento Europeo (PE) han aprobado una resolución en  la que piden a Hungría que respete los valores democráticos de la UE, puestos en entredicho tras la reciente reforma constitucional húngara que encomienda la Carta Magna “a Dios”, prohíbe la interrupción voluntaria del embarazo, los matrimonios entre personas del mismo sexo  y coarta la libertad de prensa a los medios de comunicación húngaros. El Partido Popular Europeo (PPE), conservadores británicos y euroescépticos han votando en contra del texto.

La nueva Constitución de Hungría ha conseguido movilizar a la sociedad civil húngara


Hungría, con poco más de 10 millones de habitantes y miembro de la UE desde el año 2004, era el único país ex comunista sin una Constitución liberal. En abril de 2011, la amplia mayoría parlamentaria del partido conservador Fidesz (Alianza de Jóvenes Demócratas), del primer ministro magiar Vicktor Orbán, aprobó una nueva Carta Magna sólo apoyada por formaciones de centroderecha y ultraderecha que incomoda a la Comisión Europea (CE) y a una gran mayoría de eurodiputados.

Entre los aspectos más controvertidos de la nueva Constitución húngara, y por los que la Comisión Europea ha abierto un proceso de investigación que podría desembocar en una sanción que imposibilitaría a Hungría ejercer su derecho a voto en el Consejo, se encuentra la independencia del poder judicial , del Banco Nacional de Hungría, del organismo que vigila la protección,  la libertad de prensa o el impedimento a ejercer la libertad religiosa y de conciencia de los húngaros.


La reforma constitucional del derechista Viktor Orbán también introduce una modificación de la ley electoral que pone trabas a los partidos minoritarios y que algunos aseguran que está pensada para  perpetuar en el poder al partido gobernante. Asimismo, la libertad de prensa está en peligro debido a que dependerá del Gobierno las licencias para emitir información y decidir qué hechos noticiosos son dignos de publicar y cuáles no.

A tal efecto, el último plenario de la Eurocámara ha aprobado una resolución por la que los eurodiputados han expresado su “profunda preocupación por la situación de Hungría en relación con el ejercicio de la democracia, el Estado de Derecho, el respeto y la protección de los derechos humanos, la igualdad y la no discriminación”.

El texto aprobado por socialdemócratas, liberales, verdes y comunistas encarga a la Comisión de Libertades Civiles del PE a que investigue si el Gobierno húngaro ha cumplido con las recomendaciones de la Comisión y del Europarlamento y a que presente sus conclusiones, en un informe,  a los eurodiputados.

En caso de que Hungría no modifique su polémica Carta Magna, los eurodiputados piden  que se active el artículo 7.1 del Tratado dela UE –que sólo se utiliza cuando existe una grave infracción de los valores de la UE-; es decir, encargar un informe independiente que confirme que  existe “riesgo claro de violación” de los valores de la UE. En caso de prosperar, Hungría perdería su derecho a voto en el Consejo.

Por su parte, el PPE, grupo político en el que está integrado el Fidesz, ha votado en contra porque “rechaza los ataques infundados contra Hungría” y considera que los Estados miembros “tienen competencia soberana para establecer su propia Constitución”.

No obstante, el PPE y diputados euroescépticos y conservadores, éstos en el grupo parlamentario de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que en su mayoría son conservadores británicos,   “piden al Gobierno húngaro que trabaje en estrecha cooperación con la Comisión para garantizar que la nueva Carta Magna sea conforme a la legislación de la UE y, si es necesario, aportar modificaciones”. 

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